El transporte de mercancías perecederas o con necesidades de refrigeración están sufriendo ataques desde muchos ámbitos, especialmente en todo lo relacionado con las emisiones de CO2.
Cuando el transporte es de larga distancia, el remolque debe ir refrigerado permanentemente. Para ello normalmente se les añade un grupo electrógeno para que actúe cuando la cabeza tractora no le suministre energía. Este grupo electrógeno tarde o temprano también será sustituido por baterías con tal de reducir la huella de carbono y, sobre todo, el nivel de ruido en zonas residenciales. En la última milla, por su parte, los cambios llegarán en forma vehículos industriales eléctricos.
Todo esto implica que deberán acotarse las exigencias energéticas de los dispositivos alimentados por estas baterías para favorecer su duración. Es decir, que cada dispositivo conectados a las baterías han de tener un bajo consumo , en especial los que permanecen conectados continuamente, como es el caso de los sensores.
Uno de los métodos para reducir el consumo de los sensores es dotarlos de batería propia, recargable mediante luz solar, o de una batería de larga duración. La primera opción se usa en sensores que funcionan como actuadores, pues el consumo es mayor y ha de estar garantizado. La segunda opción se recomienda cuando el dispositivo es de poco coste, de difícil acceso o cuando resulte complicado de desmontar.
Los sensores de temperatura, luminosidad y humedad poseen una batería que alimentará durante más de tres años, permitiendo así su instalación en contenedores, bodegas de barcos o de aviones, almacenes o en lugares sin conexión eléctrica.
El dispositivo se conecta vía bluetooth y se puede conectar a los dispositivos de localización o a un móvil para poder transmitir los datos guardados.
La unión del sensor de temperatura GSDT1, con batería de larga duración, y el localizador portátil de carga solar GLP2SFB forman un buen tandem para el transporte de contenedores o vagones de mercancías.
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